Respeto a los veganos. Creo que su compasión con respecto al trato que se le da a los animales es animales es un sentimiento noble y valioso. También muchos de los puntos que traen son dignos de consideración y enriquecen el debate público. Sin embargo, el incidente que protagonizaron el fin de semana en la sociedad rural es una linea que no deben cruzar. Meterse en la pista para arruinar el evento de doma de caballos, porque es una actividad con la que no están de acuerdo es un movimiento indigno, incluso para ganar publicidad. Me parece que los gauchos que los sacaron cagando están en todo su derecho. Son gente de trabajo que se prepara mucho para ese evento. No voy a salir con el cliché de que son gente rústica aunque sea apropiado. Si vas a la boda de alguien que te cae mal, y le tirás caca a la torta entonces es lógico que los presentes reaccionen mal, tengan la educación que tengan.
Me parece increíble que no se den cuenta del nivel de desubicación al que llegaron. Salvando las distancias, me recuerdan a esos grupos de fanáticos religiosos que iban a patotear a los hospitales para detener abortos permitidos por la ley. En una democracia, hay formas legítimas e ilegítimas para discutir y promover las ideas: el movimiento feminista no va a tirar piedras a las iglesias, se reúnen y manifiestan frente al congreso pidiendo la sanción de una ley de despenalización del aborto. Los testigos de Jehova te tocan la puerta para “compartir la biblia”, no la derriban con un ariete. A mi me cae pésimo la tauromaquia, pero no me voy a ir a España a quemar las plazas de toros.
Si quieren proponer un debate háganlo. Pero no vayan a la casa de otro a escupirle el asado (literalmente), y luego salgan a victimizarse por “la violencia” cuando eso fue precisamente lo que fueron a buscar.